Otro año más hemos asistido a un festival de música y politiqueo a partes iguales. La 60º edición ha tenido como merecido ganador al sueco Måns Zelmerlöw con su canción Hero. Por su parte, España ha quedado en el puesto 21º con tan solo 15 puntos. Este resultado ha abierto el debate de si este puesto ha sido merecido o no. A pesar de no ser una canción muy eurovisiva, es de lo mejor que hemos llevado últimamente, por lo que es injusto haber quedado peor que otros años.

La actuación de Edurne ha sido bastante buena, lo dio todo con una puesta en escena impresionante, algo a lo que nuestros representantes no nos tienen acostumbrados. Sin embargo, quizás el error haya sido la elección de la canción, que a pesar de ser buena no era lo suficiente Eurovisiva; era una canción buena pero no ganadora. En cualquier caso, da pena ver como después de todo lo que se lo ha currado quede en una posición cercana al "Que me quiten lo bailao" de 2011, a la del sueño de Morfeo de 2013, o incluso quedar  peor que el Chikilicuatre.

Del ganador poco más que buenas palabras hay que decir. Buena puesta en escena y buena música, victoria muy merecida. No se puede decir lo mismo de la canción de Rusia, con la que se ha disputado el primer puesto del podio. Ha destacado por la simpleza y la sosez, ni buena música ni buena puesta en escena. Italia también ha merecido su puesto, muy buena canción pero muy previsible. Además de ser una copia de Il Divo, bueno pero muy visto.

¿Y qué decir de la producción de la televisión Austriaca? Menos mal que no ha organizado el concurso España, porque con tantos errores de realización ya nos habían puesto de vuelta y media. Un fallo de conexión tras otro y planos mal aprovechados, algo lejos de la organización que se espera en un evento como este.

Aquí os dejo las tres primeras canciones y la clasificación: