Almuñécar| Cristina Lobo

En primer lugar lo que te estarás preguntando es "¿dónde me alojo?". Teniendo en cuenta que es verano y en Granada hace un calor que te mueres, lo mejor es que te vayas a un lugar de playa. Tienes varias opciones: Almuñécar, Motril o Salobreña -aunque este lugar no lo recomiendo mucho-  entre otros. Yo estuve en Almuñécar, el apartamento era grande en primera línea de playa y nos salió tirado. Eso sí, fui en Septiembre, una fecha que os aconsejo totalmente si odiáis las playas masificadas. Tenía la playa para mí sola y nos hizo tan buen tiempo como en agosto. Y  ¡ojo! las playas tienen muchísimas piedras, así que si decides optar por este destino, llévate unas buenas cangrejeras. 

Además de playa y apartamentos a buen precio, el pueblo tiene varios puntos interesantes que ver. Uno de ellos es un peñasco bastante grande que tiene un mirador en la cima. Desde allí podréis apreciar unas puestas de sol magníficas. Otra de las cosas que podréis ver por allí es su castillo medieval. El monumento está a una altura considerable, con lo que tendréis unas magníficas vistas del municipio y del mar. 

Si no eres muy de 'sol y playa', y con ver Almuñécar no te es suficiente aquí van otra serie de ideas:

Granada

Granada | Cristina Lobo

La capital de la provincia es una parada obligatoria. Irse sin ver esta maravillosa ciudad es un delito. La primera parada sin lugar a dudas debe ser la Alhambra. Debes comprar las entradas con bastante antelación si quieres ver todo el monumento, principalmente el patio de los leones. Esto se debe a que en ciertas partes solo puede pasar un número limitado de gente. Y la oferta de entradas es mucho menor a la demanda. Otra cosa que debes tener en cuenta a la hora de visitar la Alhambra son los descuentos, ya sea por jóven, jubilado u otros. Si tienes estas entradas no te molestes en ir al cajero a sacarlas e intentar entrar. Deberás hacer la cola igualmente porque no llevan impreso el código de barras que necesitas para entrar. Son así de iluminados. 

Otra de las paradas obligadas es el Albaycín, uno de los barrios más emblemáticos de la ciudad. Sus calles te transmitirán un bienestar y una satisfacción plena. Al moverte por sus callejuelas sentirás que no hay mejor lugar en el mundo. Y mejor ni hablar de lo pequeño que te sentirás al llegar al mirador de San Nicolás, desde donde se ve una magnífica vista de la Alhambra.

Callejeando por el centro de la ciudad, al bajar del Albaycín, llegarás a una zona que te hará pensar que has cruzado el estrecho. Te sentirás como si estuvieses en un zoco de Marruecos. Sus tiendas, sus teterías y las mujeres que tatúan con henna, es como estar en otro país. La misma sensación tendrás en las callejuelas de detrás de la Catedral. En todas ellas podrás hacerte con recuerdos de la ciudad a buen precio.

Salobreña

Salobreña | Cristina Lobo

No es de los pueblos blancos más bonitos que he visto, pero no está de más visitarlo. Calles con casas blancas las hay en prácticamente todo el pueblo, como suele pasar en el 90% de Andalucía. Ahora bien, que tengan encanto... una mínima parte. Principalmente destacan las que se encuentran en los alrededores del castillo. Otro de los puntos llamativos es este, la fortaleza que se encuentra en la cima del peñasco en el que se ubica el pueblo y desde donde se ven unas vistas maravillosas. Si la fotografía te apasiona, debería visitar también la playa, desde donde se toman unas instantáneas preciosas del pueblo.

Nerja

Nerja | Cristina Lobo

¿Eres fan de 'Verano Azul'? Tanto si la respuesta es sí, como si la respuesta es no, debes ir este pueblo. Aunque no es especialmente llamativo en su conjunto, no puedes perderte las vistas y la espectacularidad que desprende el mirador de Europa. A los fotógrafos les gustará plasmar el ambiente que se respira entre las blancas paredes de la calle principal.

Faro de la Herradura

Faro de la Herradura | Cristina Lobo

¿Sueñas con un atardecer de ensueño? Desde aquí podrás ver una de estas puestas de sol que se te quedan en la memoria, de las que parecen sacadas de un cuento de hadas. Que los fotógrafos calienten los dedos, porque se les cansarán de hacer tantas fotografías.