Para Bershka somos unas gordas

23:29

Estoy un poco indignada, y digo poco por moderme la lengua. ¿Habéis ido últimamente a Bershka o Pull and Bear? Si no lo habéis hecho os recomiendo que no lo hagáis porque tan solo conseguiréis llevaros un disgusto. Las que hayáis ido habréis podido comprobar que las tallas han cambiado, y a peor. El otro día fui a comprarme unos pantalones cortos de mi talla, la 32 (sí, algunas usamos talla enana y no por gusto) y ¡sorpresa! No solo no me abrochaban, además parecía que me habían embutido cual chorizo de Cantimpalos, decir que mis piernas tenían piel de naranja es decir poco (aún intento borrar esa horripilante imagen de mi cabeza).

Aun así, no me rendí en mi búsqueda y días después fui con unas amigas a intentar encontrar unos pantalones decentes. Volví a la misma tienda, es la costumbre, la 32 solo la encuentro ahí o en Pull and Bear, porque vestir de Zara Kids no me gusta. En cualquier caso, encontramos el modelo de pantalón que yo andaba buscando y ¡sorpresa (otra vez)!, esto es una talla M sobre una chica que usa una 36. 



Como buena cabezona que soy  logré meterme en la talla S de esos pantalones y me los llevé a mi casa a pesar de la indignación.  Sabía que esos shorts no era del mismo tamaño que uno pantalones de la 32 que me había llevado un par de meses antes. Así que nada más llegar a casa hice esta comprobación:



Muchos podréis pensar que exagero, que no tengo cuerpo de delgada, o cualquier mamarrachada semejante y que necesito una M. Bien, mido 1'60 y peso 44,8 kilogramos, creo que gorda no estoy precisamente, y mi cintura roza la de una niña desnutrida (mi cuerpo es así, que le vamos a hacer...). Así que no veo ni medio coherente caber perfectamente en esa talla.

Teniendo en cuenta todo esto, una amiga mía decidió que este engañabobos merecía ser criticado en las redes sociales y las reacciones no fueron nada coherentes ni comprensivas. De hecho, algunas niñas insinuaban que las tallas no habían cambiado y que si no entraba en esa talla otros motivos habría. Este pensamiento no es más que el fruto de acciones como estas por parte de las grandes industrias de la moda que nos comen el cerebro diciéndonos qué debe ser una talla "decente" y que no lo es. Es más, nos ciega de tal modo que no somos capaces de ver que cambian las tallas, incluso llegando a pensar que estamos gordas. Nosotras, con 20 años razonamos y nos damos cuenta de esto, pero ¿qué pasa cuándo una chica de 15 años se prueba unos pantalones de su talla que le hacen parecer una morcilla?

En cualquier caso, no estoy en contra de que haya tallas XS o 32 porque necesito vestirme,  algunas venimos de fábrica cual Pete el Anguila (si queréis os doy el número de mi endocrina que seguro os lo explica mejor) y también necesitamos vestirnos. Pero no me parece ni medio normal que yo entre perfectamente en una M cuando obviamente no es mi talla. 


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